Pasé junto a mi familia un día en Carmel como parada en nuestro viaje del "Big Sur". Es un sitio acogedor, con un cuarto muy cómodo, a tres cuadras de la calle principal "Ocean Avenue". Fueron muy amables en el front desk en advertirme que no podía viajar por la Pacific Coast Highway debido a los incendios de la zona. Me dieron una ruta alternativa para poder pasar los primeros kilómetros del incendio. Se sorprendieron mucho al saber que veníamos de un sitio tan lejano como Venezuela!
Pueden pedir ayuda en el front desk con recomendaciones para comer en el pueblo. También con indicaciones para pasear por la playa o alguna opción de visita cercana como el acuario de Monterrey. Siempre están con la mejor disposición para ayudar.

A mi esposa le dieron la bienvenida con unas orquídeas!!!!, esos pequeños detalles que te hacen sentir bienvenido.

Si van a pasar por Carmel, este es un sitio perfecto para sentirse consentido.

No pudo haber mejor hotel en Carmel para mi familia. Nos gusta la naturaleza, la paz y las cosas que fluyan. Llegamos al hotel y nuestra reserva se había perdido por un problema de comunicación de la agente viajero y nos resolvieron el problema muy amablemente y cordiales, para los que gusten de la compañía canina es este un buen lugar ya que en Carmel las mascotas son bien aceptadas. Cada habitación cuenta con chimenea ya que aunque es verano el clima es frío y húmedo y la decoración es sencilla pero especial y te hace transportarte a otro mundo. Con sus detalles como fuentes Zen en la entrada y sus amplios baños con toallas como la de maquillaje especial para adolescentes ya que es negra y dice makeup, con sus jabónes orgánicos con olor a lavanda que te envuelven en una fragancia de bosque floral y son solo diez habitaciones y eso lo hace más privado, y sus camas son perfectas en fin un buen lugar para descanso y gozo.