Creo ser un viajero con mucha experiencia en hoteles, de todo tipo, incluido los de lujo y, sinceramente pensé que éste lo era. Nada más lejos de la realidad.
Quedó demostrado que lo más caro no siempre es lo mejor.
Para que en un hotel te puedan cobrar la tarifa de La Playa se tienen que dar varios requisitos, y no sólo un par de ellos, pero además no pueden fallar en elementos básicos como la limpieza, la comodidad y amplitud en sus habitaciones y que todo esté en perfectas condiciones.
Reservamos una habitación cara, superior, con vistas al océano, y resultó ser muy pequeña, con un baño sucio minúsculo con bañera (que no ducha.
El desayuno, si bien es completo, no es lo que se espera de un hotel de lujo, como tampoco su servicio en el comedor.
Te suman 35 dólares adicionales, como si pagar casi 850 dólares por noche más impuestos fueran insuficientes, para "invitarte" a vino por la tarde y a leche con galletas por la noche.
Lo reconozco, hemos hecho el primo y he tirado el dinero.
Hotel agradable y servicio amable, pero poco más.
Y para rematar, tuvimos que emplear 20 minutos en la salida porque las facturas de las habitaciones estaban erróneas.
Seguro que hay hoteles mejores, y por menos dinero.