Junto al Tridente podés aparcar aunque sin descuento ya que el parking es del restaurant vecino, el valor del mismo es elevado. Ya en el restaurante te darás cuenta que es mejor reservar. En días lindos y/o fin de semana (ni hablar en temporada alta) la demora superará la media hora anunciándote con el Maître. Si no reservaste podés tomar una copa en la barra (si es que no está tomada por gente comiendo) o salir a los decks perimetrales y disfrutar de las hermosas vistas. El ambiente para comer es muy agradable, la atención es correcta sin ser pesados ni descuidados. La comida la sirven a un tiempo razonable y es estilo californiano de muy buena calidad (sopa de almejas, "sashimi" de atún tanto de entrada como de postre, los precios también son razonables para la propuesta. Hay menú para niños. Volvería.
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