El personal nos pareció muy servicial y amable en todo momento. Estuvimos en la segunda planta y teníamos unas bonitas vistas. La habitación era grande, tenía un buen escritorio con su mesa, y un pequeño sofá y una mesita baja. La cama era enorme, tenía montones de almohadas y de sábanas de la más alta calidad y era sumamente cómoda. Las instalaciones de la habitación estaban muy bien, incluían una pequeña cafetera y bolsitas de té, una plancha y una gran televisión. La ubicación era buena, se podía ir andando al centro y al sendero que va a lo largo del riachuelo. Hice uso del gimnasio un día y estaba muy bien. Fuimos al sitio de tortitas de al lado a desayunar, pero la cena en el hotel estuvo bastante bien. la única experiencia negativa que tuve fue el control de la temperatura en la habitación. A veces hacía demasiado calor, pero si bajábamos el termostato, el aire acondicionado se encendía, y hacía ruido. Un técnico vino a ayudar y me lo explicó, pero yo nunca llegué a comprenderlo. Probablemente era que yo estaba un poco burro. En conjunto nos quedamos muy impresionados con este hotel. una vez dicho todo esto, era la primera vez que me alojaba en un hotel de EEUU, así que estoy comparándolo con los hoteles europeos. ¡Ahora entiendo por qué los americanos se quejan tan a menudo cuando vienen! ;)