Tras una durilla marcha por una ruta por la Sierra de Mariola en Agres, hemos comido muy bien en este bonito restaurante, situado en un entorno precioso. Su gastronomía casera y típica de la zona sensacional. Alcachofas a la plancha y "bojoques farcides" (pimientos rellenos de arroz), chuletitas de cabrito a los ajetes verdes, cabrito al horno con hierbas, postres caseros, buen vino...y una carta de platos de cuchara con muy buena pinta, que tomaremos en otoño cuando amaine el calor. Precio normal. Volveremos. Lo recomendamos.
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