La experiencia fue absolutamente genial. El sitio es paradisiaco, un auténtico palacio en medio del monte. La casa está concebida con criterios de sostenibilidad, y es muy cómoda y acogedora. Y los dueños son encantadores, las veladas con ellos fueron de lo mejor del fin de semana. Fuimos en invierno, y los paisajes de los alrededores eran espectaculares. No quiero imaginarme cómo será esa zona en primavera y verano. Muy recomendable.
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