Como se expone en otros comentarios, se trata de un alojamiento familiar en el centro histórico de León, a pocos metros de la Iglesia de la Recolección y 5 minutos caminando de la Catedral y el Parque Central. Los propietarios son acogedores y amables, y las habitaciones son cómodas y están impecables. Tiene un bonito patio ajardinado en las zonas comunes. Los desayunos, que se sirven en el patio, son también adecuados. Hay habitaciones con aire acondicionado, lo que en algunos momentos probablemente se agradezca, teniendo en cuenta las altas temperaturas de la ciudad. Wifi suficientemente buena. El único punto débil es la ducha. El primer día no salía prácticamente ni una gota de agua caliente y tan solo un débil hilillo de agua fría. El segundo sí conseguí algo de agua tibia en la ducha. Por lo demás, es una opción totalmente recomendable para alojarse con comodidad y tranquilidad, y conocer fácilmente la ciudad. Un alojamiento de buena calidad.Más
- Wifi gratuito