El sitio es uno de los pocos que encontramos en Lincoln, la comida no estaba mal pedimos cuatro platos y una ensalada para compartir y la verdad es que no estaba mal, pero el servicio fue pésimo. Tardaron mas de media hora y al final nos trajeron todo junto, la ensalada a la vez que los platos, la camarera quería ser simpática pero no nos gustó nada como nos atendió. El sitio es agradable y la decoración es graciosa, si volviera a dormir en esta ciudad, cosa que no creo, no se si volvería a cenar aquí porque además fue caro.
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