A unos kilómetros del pueblo de Imbert, es de gran satisfacción llegar a esta propiedad: arboles de todo tipo, cantos de pájaros, tranquilidad, comodidad en la casa y lo mejor: la terraza con la piscina en el medio de la Madre Natura. Recomendado quedarse a dormir o ir de pasadía con amistades, cocinando y compartiendo en el área de la piscina.