Después de leer las críticas íbamos asustados, pero lo cierto es que ha cumplido sin problemas.
El edifico es muy bonito, el hotel es un balneario clásico de los de toda la vida en un edificio clásico y antiguo... pero para nada destartalado, al menos la parte que vi yo. la recepción, pasillo y demás bien pintado y limpio.
La habitación en la primera planta, grande, con techos amplios, limpia y bastante cómoda. Se agradecería un ventilador ya que no hay aire acondicionado. Y unas almohadas extras o cojines también estaría bien, ya que solamente tienes la almohada.
El balneario (que a pesar de que había leído que tienes que salir del hotel para ir, tiene acceso directo desde el hotel) un clásico de toda la vida, de los antiguos, con un circuito muy sencillo de un par de chorros de cuello de cisne y unos chorros laterales, pero agradable.
En cuanto a la media pensión: la cena no es para llorar de locura culinaria, pero bastante rica. El desayuno sencillo, pero por las críticas esperaba embutidos de plástico y sin embargo estaban muy buenos. Se agradecería algo caliente tipo revuelto de huevos en el desayuno. En cuanto al comedor, creo que es muy pequeño para todos los huéspedes que había y nos tocó esperar un rato largo a que se librar una mesa.
Admiten mascotas (15 euros)
También hay que tener en cuenta que es un tres estrellas, no un cinco estrellas, que hay algunas criticas que parece que han ido al Sheraton y no... el hotel es lo que es, es viejito, pero vamos, que no es infernal (o yo tuve mucha suerte)
Pero quitando alguna cosa que mejoraría, fui asustado y sin embargo es muy probable que vuelva a alojarme allí.