La posada está en un pueblo de los bonitos de España, el establecimiento está decorado con mucho mimo y la atención con la que Casandra y Rubén te reciben, atienden durante la estancia es especial.
Desayunos siempre con la sonrisa de Casandra y la delicadeza con que te los sirven es digno de destacar.
No te pierdas una escapada en Villa Esperanza.
Gracias pareja esperamos volver el próximo año