La localización es el punto más destacable del hotel. Está situado en una zona con mucho ambiente y cerca de la playa.
La comida está buena en general, algo repetitiva pero algo dentro de lo normal en este tipo de hoteles.
Parking muy caro. 17-18€/día. Resulta imposible aparcar por la zona, tienes que dejar el coche bastante retirado de la zona. Nosotros no conseguimos hueco para meter el coche ya que el parking tiene muy pocos huecos.
La limpieza de las habitaciones es NEFASTA. Cuando llegamos el primer día a la habitación nos encontramos la habitación bastante sucia, suelo lleno de pelos y de pelusa de los huéspedes anteriores. Pero sin duda la mayor sorpresa fue al deshacer la cama, las sábanas de los anteriores huéspedes no las habían cambiado claramente, había zonas con pelusas, pelos e incluso restos de maquillaje en ellas. Nos quejamos en recepción y subieron a cambiarlas, el resto de días la limpieza de la habitación era mínima, hacían la cama y poco más. Los pelos de los anteriores huéspedes siguieron con nosotros hasta el día que nos fuimos. La última noche nos pusieron unas sábanas con restos de manchas de sangre, las cuales tuve que ponerme a quitarlas yo para poder dormir esa noche. Destacar también la suciedad visible en armarios, mesillas de noche, ducha etc… Una experiencia bastante mala.