Tal vez se trate del local más bonito de Cala Ratjada. Un comedor al aire libre precioso, buena iluminación, buena ambientación musical (aquella que no se nota que está) y buena atención del servicio. Una lástima que en un hotel adyacente elijan la hora de cenar para realizar sus animaciones y avasallarte con la megafonía, en fin, en una zona tan saturada de turistas es algo con lo que tienes que aprender a convivir. Pedimos el menú degustación (30€) de concepción y ejecución impecables. Las cantidades muy justas pero suficientes al fin y al cabo. La única queja vendrí en la carta de vinos, ya que ninguna referencia bajaba de los 18€, precio muy elevado sobre todo si se toma un joven vino blanco mallorquín. Con lo que, si acompañas la cena con vino, el menú degustación pasa de 30 a 39 euros (como poco). Las sugerencias de la carta no eran muy abundantes y, para tratarse de un menú degustación, los entrantes tardaron mucho en salir. Por lo demás, una visita muy recomendable.
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