El Lake Powell Motel podría destacar perfectamente por la calidad de sus habitaciones, impecables en todos los sentidos: amplias, bonitas, luminosas, con unos lavabos más que correctos... Si a caso, y esto es cuestión de gustos, el colchón en que dormimos era de tipo blandito, que habrá a quien le guste (de hecho, a mi mujer le gustó), pero a mi me van más los duros. Pero vaya, que estamos hablando de una habitación casi de lujo en una zona muy tranquilita de Page (una calle muy muy cercana a la principal, pero sin todo su tráfico). Y eso que en nuestro caso era la habitación más simple que tenía, porque desde el principio le hicimos saber que con ella nos sobrábamos, habitación que seguramente tenía el precio más económico de todo Page.
Pero sin embargo, por lo que mas destaca es lugar es por la magnífica atención de Jake, que siempre con una amplia sonrisa y una gran simpatía, no solo no dudó en recomendarnos las mejores visitas y restaurantes del lugar, sino que se encargó de reservarlo todo por nosotros e, incluso, por estar de luna de miel, nos invitó a unas cervezas.
La verdad que en Lake Powell Motel y sobre todo gracias a Jake, tuvimos uno de nuestros días más agradables de toda la ruta.