El pasado fin de semana hicimos una escapadita mi mujer y yo a Grazalema y disfrutamos de algunas de las posibilidades que ofrece este maravilloso enclave al noreste de la provincia de Cádiz. En lo que a restauración respecta íbamos con los deberes hechos pues me preocupé de informarme sobre los imprescindibles del lugar y que ciertamente fueron extraordinarios tanto en material como en servicio, destacando 'La Maroma' y 'Simancón' (recomiendo resevar) Sin embargo lo que disfrutamos en 'Casa Martin 1920' es otra historia. Trás una jornada de sábado de auténtico jartible desde por la mañana, cuando cayó la noche con un frío más que importante, la chimenea del céntrico hotel donde nos hospedábamos no ayudaba a salir, pero finalmente decidimos echarnos de nuevo a la calle para cenar y en 2 minutos nos plantamos en el número 18 de la Plaza de España: -"Hay gente...vamos a entrar". Primeros metros tras cruzar la puerta de entrada y ya disfrutan los sentidos con un espacio de culto al vino y productos gourmet para maridarlos, decoración sencilla y vanguardista entremezcladas con lo tradicional de la zona, la esencia...lo puro. Agradable fondo musical y pronto nos hicimos un hueco en la preciosa barra de madera; tras ella se encontraba Sergio, un jóven tabernero con mucha clase y saber estar. Es verdad que en el local habían 2 o 3 reuniones y que él estaba solo ante el "peligro"...aunque eso no parecía ser un problema para nadie, puesto que los clientes seguían pidiendo más cerveza,vinos y demás cositas que el jóven propietario preparaba sobre la marcha. Y es que lo mejor que hicimos fue quedarnos. Decir que el trato fue magnífico es lo justo. Solamente puedo decir que Sergio hace disfrutar al que sabe disfrutar. Le pedimos en todo momento que nos aconsejara y no falló... desde el primer tercio frío de cerveza que me puso, pasando por el Palo Cortado Isabelita (ahí ya le estaba yo ganando dinero al asunto) el vino blanco del Puerto, tinto de Jerez, espectaculares quesos de la zona, originales y sabrosas tostas, exquisitos mejillones emplatados en piezas exclusivas de alfarería, riquísima carne mechada con aceite virgen extra, paté delicatessen total etc. Todo ello terminó siendo una distendida conversación llena de anécdotas y risas. En resumen una experiencia inolvidable en un espacio acogedor ,singular, exclusivo y que gracias a su propietario podemos decir que es único. Muchas gracias Sergio. Volveremos!