A parte de la ubicación y las vistas de las montañas, la casa en sí es una maravilla, una cocina espaciosa, con electrodomésticos de última generación, el comedor y salón comodísimos para diez personas, con zona para jugar a juegos de mesa.
Todas las habitaciones grandes y del mismo tamaño, todos los cuartos de baños espaciosos y con una limpieza extraordinaria en todos los sitios todo de gran calidad, parecía que estábamos estrenando la casa.
Nada más entrar el olor de la casa, no sé si por ambientador o como lo ha conseguido pero delicioso y suave, hasta el papel higiénico es de alta calidad, nada que envidiar a un hotel de muuchas estrellas.
. La piscina limpísima y tanto dentro como fuera todo muy cuidado, los jardines, el aparcamiento de los coches, el huerto ecológico, el sistema de agua con paneles solares, la calefacción/refrigeración individual, suelo radiante, chimenea y barbacoa en el porche. Todo es una delicia.
Además los dueños muy amables y atentos con todo.