Queríamos un hotel céntrico para tenerlo todo a mano y acertamos de pleno. Clásico y elegante, la habitación con todo lo que puedes necesitar, con secador de pelo que muy amables nos entregaron en recepción y con una cama muy cómoda, personal atento, educado y profesional.
A destacar la cafetería del hotel en la planta baja donde sirven un chocolate riquísimo con churros y para cualquier hora del día la exquisita PEÑA SANTA, no dejéis de probarla. Gracias a todos y hasta la próxima.
Rafa y Pepi