El hotel es muy acogedor y el personal excelente. Nos alojamos los 3 (mi marido, mi hijo de 6 años y yo) en una habitación con cama supletoria, y casi no hizo falta porque las camas son muy amplias, y cómodas. El servicio de habitaciones es excelente, con cambio diario de toallas y limpieza de 10. El desayuno es variado, tanto para el que le guste el embutido, quesos de la zona, pan y tostadas, como el que prefiera la bollería, que es muchos tipos era casera. También disponen de productos sin gluten, para el que lo necesite, y puedes prepararte un zumito de naranja. Tiene una zona en el césped ( o pradera) para poder sentarte y ver las vistas, además de una pequeña piscina. Aunque algún día fue fresquito, pudimos disfrutar de la misma y está bien. La distancia en coche a Llanes es pequeña (menos de 5 minutos) y caminando se puede ir también perfectamente, entre 15 y 20 minutos. Tiene un supermercado casi a lado, solo lo separa otro hotel. El personal es muy amable, haciendo especial mención a la recepcionista, que nos puso todo día de facilidades. La habitación nuestra daba para el parking, es lo único que no nos gustaba al principio, pero luego vimos que no había tanto ruido. El parking es pequeño pero aunque el hotel estaba lleno siempre había hueco. En general ha sido una estancia muy buena y creemos que es un hotel a tener en cuenta para próximas visitas.