Estuvimos en Tiki Limbo la ultima semana de Agosto y nuestra experiencia fue estupenda; junto a cuatro amigos reservamos la Habitacion Quintuple con aire acondicionado. La habitacion era preciosa; en un altillo y con una terracita casi exclusiva ya que solo estabamos nosotros. Teniamos cuarto de baño propio, agua caliente y una buena señal wifi en todo el hotel...tambien en la habitacion. Las zonas comunes tienen hamacas, sofas...y un BILLAR!!
Durante los 4 dias que estuvimos nos sentimos como en casa. Eficiente y agradable trato, muy atentos. Hacian la limpieza del cuarto todos los dias, eso si, teniamos que avisarlos. Nos parecio que el hotel en general estaba muy limpio y bien cuidado. Hay que tener en presente que es un lugar de playa...
Cuentan con seguridad nocturno y el restaurante de abajo tiene una muy buena comida.
Se ubica en pleno centro de Montañita, a unos metros de la playa y al lado de todas las comodidades...
Nos encanto, volveré!!

Fuimos en el mes de Octubre (temporada baja) La atencion es pesima o mas bien nula. Nos hicieron el check in cuando llegamos, despues la relacion era solo dejar y buscar las llaves. El hotel es bastante sucio, fuimos tres noches y jamas limpiaron la habitacion. El desayuno es bastante escaso y demoran mucho para atenderte, una mañana consultamos la opcion de tomarlo en horario (ni siquiera antes) ya que teniamos una excursion a la que llegabamos tarde y nos dijeron que la opcion era irnos sin desayunar porque no podian atendernos en el horario que correspondia. Lo unico que tiene de bueno es que abajo hay un bar "Tiki Limbo" que es excelente, es muy lindo y las comidas son muy ricas (excepto el desayuno, porque era el que nos correspondia por estar hospedadas). Nos salio muy caro y nos cobraron recargo por pagar con tarjeta. No lo recomiendo en absoluto, el restaurante si.

El lugar es cómodo, limpio y el aire acondicionado funciona, pero nos tocó una habitación que la ventana daba a la escalera del hostal y oíamos a la gente pasar todo el tiempo, además el hostal es de madera así que cuando subía alguien muy grande o muy rápido todo se movía y para colmo desde afuera la gente nos veía a través de la cortina cuando teníamos la luz encendida.