Siempre solemos veranear en el Mediterráneo pero este año, por las circunstancias, decidimos subir al norte. Nos lo recomendó una amiga de mi marido y ha sido todo un acierto. Las habitaciones son increíbles, las vistas sobre la playa son lo más. Además, están muy limpias y bonitas decoradas. Los armarios son estupendos y amplios. En cuanto al desayuno, Pepe nos comentó que este año era diferente y no se como sería pero las bandejas que utilizaban este verano han sido un acierto. Muchos productos de gran calidad, yo agradecí mucho la fruta. Para terminar, y viendo que en agosto el restaurante estaba prácticamente lleno a diario, reservamos para cenar. Los pescados que probamos de 10, los chirriones en tinta un espectáculo. De bodega probamos un blanco de la zona que estaba perfecto y la atención del personal ha sido muy agradable. Sin duda volveremos, han logrado que después de este año tan extraño, nos sintiésemos como en casa y relajados.

Cuando vimos el baño con restos de porquería en la taza del water y en el bidé, pelos en la ducha y bastante polvo en el suelo como en el mobiliario nos quedamos algo perplejos. Sin embargo pasamos con papel las zonas sucias y decidimos comentarselo al encargado a modo informativo antes de salir a cenar. Al de 10 minutos me llama el encargado y con un tono bastante molesto me dice que la habitación está "perfecta" y lo que más le molesta es que le hayamos "mentido".
Volvimos al hotel y nos acompañan a la habitación el encargado, una mujer que no se quien era y una empleada que bajo a repasar la habitación.
Nos preguntan que donde esta la suciedad y me enseñan un móvil con fotos que hicieron diciéndonos que no había tal suciedad.
Mi pareja y yo estábamos atónitos. Solo queríamos que limpiaran mejor la habitación al dia siguiente y nos encontramos con acusaciones que buscaban un culpable.
Ya habíamos pasado nosotros con papel y la empleada hizo un repaso, y aún así mi pareja con un papel saco más suciedad a lo que decían que era "roña".
Nos invitaron a dejar el hotel si no estábamos satisfechos con la devolución del importe pagado.
Por supuesto que nos fuimos. No por la suciedad si no por la gestión del incidente y por el trato recibido.

Somos una familia con dos hijos mayores, estuvimos 10 días en julio en este hotel al que llegamos sin muchas pretensiones, ya que cambiamos un hotel de 4 estrellas por su situación.
Fue la mejor decisión que pudimos tomar. Es un hotel básico, las habitaciones limpísimas y silenciosas, solo escuchamos el ruido del mar, las camas cómodas, el personal muy amable y las vistas maravillosas en las dos habitaciones que contratamos. El desayuno mirando al mar no tiene precio, al ser un hotel pequeño, todo es mas personal.
Dos días vinieron de visita varios amigos a comer y desde luego salieron encantados, por el producto, su elaboración y el estupendo servicio.
Tanto el hotel como el restaurante entra en mi lista de favoritos y no dudaré en recomendaros, seguro que volveremos.