Con encanto, en plena naturaleza, con una comida exquisita, excelentes vistas y un trato familiar entrañable. Así es el Hostal Almanzor, un pequeño hotelito con solera de los que mejora con el tiempo. Y es que cada año te sorprenden con alguna agradable novedad: como las estupendas tapas para disfrutar en el jardín en verano o a la lumbre en invierno; un tranquilo concierto, una exposición, una jornada literaria, o lo último su magnífico "Hide" o escondite para ver pájaros, ardillas, zorros, etc que es una maravilla. Las fotos de pájaros y la decoración son excelentes y merece la pena cogerse una habitación con terraza porque las vistas son estupendas. ¡Más que recomendable!