Desde que lo conocimos es visita obligada cada vez que venimos a Somo, y nunca drefauda.
La atención inmejorable, pendientes en todo momento pero sin agobiar, te dan recomendaciones realistas y siempre con una educación impecable. Resaltar a Francisco que nos atendió con paciencia (éramos un grupo de 14 personas) y al chico de la puerta por su amabilidad.
La comida inmejorable, no sabríamos decir qué plato nos gustó más. Alcachofas, almejas, pulpo, ensaladas... pedimos un poco de todo y cada cosa era mejor. Como postres, no os podéis perder la tarta de la abuela. Si os gusta el vino, también es el lugar. Calidad precio perfecta.
En definitiva, si vais, querréis volver. La mala noticia, es que no reservan. Asique si queréis disfrutar de este sitio, os recomendamos estar alli a primera hora. 🫶