Estuvimos 4 días durante nuestra Luna de Miel y puedo decir que fue realmente perfecta. Nos alojamos en la suite de la torre, un dúplex donde la habitación está en la primera planta y en la planta baja está el salón y el baño.
Los desayunos son muy buenos, huelga decir que desayunar debajo de una higuera milenaria rodeada de lavanda y espliego tiene su encanto. Fantásticas las tardes en la piscina estilo chillout con una botella de Chianti. Las cenas muy elaboradas, aunque la carta es bastante pobre. Los vinos son mayormente los de la zona, aunque a nosotros la temperatura a la que se sirve el Chianti no nos gusta mucho. La última noche el chef salió en persona y nos obsequió con una degustación de postres.
El spá es bastante pintoresco, pues se encuentra al lado de las bodegas, en el sótano de la casa principal y está decorado estilo termas romanas. Siempre que lo utilizamos, estábamos sólos.
El emplazamiento del sitio es muy bueno, está cerca de Florencia, San Gimigiano...y, bueno, en pleno corazón de la Toscana. Recuerdo los paseos por las tardes por el viñedo que tienen y la vista del pueblecito al final de la colina con su iglesia. Todo muy idílico.
Nosotros sólo cenábamos allí y por las mañanas nos íbamos a recorrer la Toscana y degustar sus fantásticas comidas...
En fin, no tengo ninguna queja del sitio, el servicio fue bastante cordial y atento. Las maletas nos las llevaron a la habitación y se encargaron de resolvernos los imprevistos que nos iban saliendo. Sólo recomendar que, si se quiere utilizar la piscina, es mejor ir en los meses estivales de julio y agosto, pues en septiembre el agua está ya un poco fría.