Nos alojamos una noche en habitación familiar triple. La habitación grande, con tres camas grandes y cómodas. Muy buena sensación, tuvimos un problema con el agua caliente y rápidamente se solventó. Recepcionista muy amable y simpática. Pero lo que se refiere a la cafetería una pena. Nos disponemos a desayunar alrededor de las 9 y cuarto de la mañana, tan solo 4-mesas ocupadas y sin demasiada gente, pues bien el camarero siendo las 10 menos 10 de la mañana ni nos había tomado nota. De acuerdo que había un sólo camarero, pero para la gente que había, es demasiado tiempo sin atendernos. Viendo que por delante nuestra había dos familias sin atender y a la familia que le estaba preparando el desayuno, vemos como se le queman las tostadas y el camarero se pone literalmente a rascar el quemado....pues decidimos levantarnos e irnos a otro lugar. Nos hemos quedado sin palabras, pero esperar mas de 30 minutos, sin atender para ver lo que hemos visto, no nos ha parecido bien. Una pena ya que el hotel está bien y el desayuno nos ha causado un retraso considerable en nuestras visitas por Granada