Estuvimos cenando el sábado y tanto platos como ambiente fue espectacular. Servicio exquisito, trato inmejorable. El ceville y la coctelería sublime, nuestro camarero Alfonso nos aconsejó con mucho acierto.Nos encantó ese guiño a la inclusión del personal con los calcetines del orgullo. Mi marido y yo nos quedamos con las ganas de saber dónde podríamos adquirirlos. Seguro que repetimos y hemos recomendado a nuestros amigos de Granada que en breve visitaran esta isla de ensueño