Pertenecer a Relais & Chateaux tenía un prestigio, que por mis últimas experiencias, lo había perdido. Pero en Santa Ponsa he recuperado esta relación. Hay que decir que se trata de una finca impresionante en la que es difícil calcular lo que se han gastado para adaptarla a un 5* y paseando entre la tranquilidad de la propiedad, con el huerto, caminos, restaurante en un pequeño bosque...hace que todo sea muy agradable.
Habitación muy amplia y cómoda. Quizás con un poco de amenities sería perfecta. Terraza con tumbonas y vistas al campo.
Spa y su piscina interior, aprovechando un aljibe antiguo y restaurado al milímetro, es para perder el tiempo.
Piscina exterior, el único fallo, muy pequeña, lejana y con problemas de cloración.
Desayuno muy completo y variado.
Carta de la cena muy corta, poco variada y con precios demasiado altos por las porciones de los platos
Servicio impecable
Lástima que muchas de las actividades anunciadas en la web no eran operativas y las peques mostraron su desagrado. Hay que cuidar más estos detalles
Precio algo sobredimensionado
Muchas gracias por todo