Un lugar que aunque apartado del núcleo urbano de Toledo ( 5 minutos en coche). Esta genial para pasar unos días conociendo Toledo y de relax gracias a su piscina y a su privacidad que nos dan los dueño. Unas personas super cercanas y amabilísimas en el trato y disponibilidad para los huéspedes. Nosotros volveremos a ver lo poco que nos queda de toledo y a visitar a los dueños y a las tres perritas que son cariñosas con los que alli nos hospedamos. Precio muy razonable y un desayuno excesivo, al detalle y buenísimo con productos de la región y caseros. I'll be back.
Las instalaciones estupendas. El dueño encantador y atento. Muy recomendable para un fin de semana de descanso