La casa es muy bonita y la finca está muy bien atendida. El jardín está super cuidado, la atención es muy buena.
Mi habitación daba a la parte de atrás, era amplia, camas cómodas y limpia. Era muy agradable abrir la ventana y notar el aire limpio y ver las vacas pastar en un prado cercano.
El desayuno muy bueno: café, cola-cao o leche a elegir, magdalena, zumo, kiwi, embutido (ración abundante), pan (no tostado) para untar mantequilla y mermelada (a elegir sabor entre fresa, melocotón y ciruela). Da suficiente energía para pasar el día y aún así preguntaban si queríamos repetir de algo.
Aparcamiento en el recinto de la casa, muy cómodo.
Mejor acceder desde la carretera nacional que desde la autopista.
Lugar para repetir