Lo recomiendo, tiene una buena localización a menos de 10 minutos en coche de Ribadesella y de muchos lugares con encanto como bufones, acantilados o playas preciosas. El trato por parte del personal del hotel es muy bueno, todos los días desinfectaban la habitación y tenían el detalle de ponernos unas botellas de agua mineral. Es un hotel familiar muy cuidado con vistas a la montaña espectaculares. Todo limpio, con medidas anticovid. El desayuno es bastante abundante, un plato grande de embutido, cruasanes para los dos, bizcocho, magdalena, café o lo que quieras, zumo, kiwi... Y sobre todo a muy tranquilo, está situado en un pequeño pueblo y a penas te cruzas con nadie, solo con vacas jajaja. Sin duda es una muy buena elección de alojamiento para recorrerse varios puntos de Asturias y pasar unos días tranquilos. Lo "malo" es que no es céntrico y hay que coger el coche para todo aunque en menos de 10 min te encuentras con grandes cosas. También tiene parada de tren y taxis por si no queréis coger todos los días el coche.