Espléndido desde que entras y encuentras la sonrisa de amabilidad y profesionalidad de Davinia. Al salir del ascensor, aparece la sonrisa y Manuel con su coleta. Entras en el apartamento: grande, limpio, luminoso y con una amplia terraza.
La piscina amplia, limpia y con un delfín vigilando a todos. Hay socorrista que controla, en todo momento, el uso de la mascarilla y la distancia , precauciones QUE los " guiris " se las pasan por el forro. Manuel, controlando mis alergias y avisando a Alonso y al otro cocinero, ( perdón, no recuerdo el nombre), que me hicieran la comida y la cena, al llegar. Seve, Marisol, Omar, la niña de gafitas de recepcion, CELSO... y los que faltan por nombrar. Gracias por el trato recibido, prometimos volver y tener por seguro que volveremos.
Gracias por ser así en estos tiempos tan particulares.
BICOLAZOS A TODOS Más
- Wifi gratuito
- Aparcamiento gratuito
- Visitar sitio web del hotel