Hemos estado cenando el día de nochevieja,somos de fuera y un día tan especial,no sabíamos que tal el lugar elegido.
Ha sido genial! La comida riquísima, los camareros muy profesionales y a la vez muy cercanos y amables.
Nos sentimos acogidos por el lugar y desde luego lo recomendamos cien por cien.
Eso sí hay que llevar hambre, porque Se come gran cantidad.
El dueño de la sidrería muy amable.
Volveríamos seguro a pasar la nochevieja!
Y desde luego volveremos a comer seguro , cuando vengamos a Cangas.
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