Empiezo por lo positivo, la habitación tiene una ambientación agradable.
Dicho esto, si quieres descansar un rato antes de cenar o de salir de fiesta, este no es tu hotel porque el ruido de los shows cada noche es inaguantable.
El gimnasio es un asco, falta de higiene, máquinas rotas o en mal estado, falta de refrigeración que hace que estés intentando entrenar con 30*…
La calidad del desayuno deja mucho que desear, te limitas a comer lo “aceptable” toda la semana.
Por último, dos asesores para 245 habitaciones, de los cuales uno estuvo averiado 6 de los 8 días que estuvimos en el hotel. Utilizamos las escaleras a pesar de estar en la planta 7, porque las filas y la espera para coger el ascensor eran insoportables.
Y que un hotel de este tamaño no tenga parking también es un gran inconveniente. No volvería jamás.