He estado un montón de veces allí y siempre he salido muy satisfecho.
Al estar tan apartado no cobran con tarjeta, no se si esto habrá cambiado por que hace algún tiempo que no voy por allí y desde que una vez rebuscando en los bolsillos conseguimos pagar la cuenta, siempre llevamos dinero suficiente.
Siempre voy a medio día sobre las 12, tomamos alguna cerveza con exquisitas tapas en la barra y luego comemos.
Una vez estuvimos 4 personas a las 14:30 y no pudimos sentarnos hasta una hora mas tarde, pero no habíamos reservado ni nada, así que tomamos unas cervezas mientras esperábamos y listo.
Me gusta ir sobre todo en invierno porque el ambiente con las chimeneas (hay varias) es muy agradable y acogedor.
Todo lo que he probado me ha gustado mucho y los platos tienen muy buen precio para lo abundantes que son.
Solemos pedir varios platos para compartir.
He estado en pareja, en mesa de 10 con la familia y con los amigos unos 14 adultos y 5 niños.
Nunca he tenido problemas.

Fin de semana bajando a la playa en coche por la bonita carretera de la cabra, a la vuelta decidimos dar una oportunidad a éste rte. y vuelven a fallar en lo mismo, las reservas. Llamas antes siendo previsor y te dicen que " sin problema". Al llegar a la hora prevista todo cambia, el restaurante está lleno y al parecer nadie tomó nota. No te hacen caso y cuando presionas, resulta que nadie ha tomado nota. Se echan la culpa unos a otros y tú enmedio, te hacen sentir mal. Nos fuimos. No repito, lo único que parece interesarles es llenar el local. No respetan reservas previas y les falta educación.

Estuvimos unos amigos comiendo en el saloncito con chimenea y la verdad es que el ambiente es familiar y la comida está riquísima. Tardaron un poquito en atendernos pero mereció mucho la pena. Hay que tener en cuenta que los platos son muy grandes y si pides entrantes, probablemente no podrás con todo. El precio es muy bueno y asequible.

La historia es la siguiente, en estas fechas señaladas nuestro club de montaña nos reunimos para cenar y pasar un buen rato, pues decidimos hacerlo en este bar apartado de la aglomeracion navideña, reservamos para los 15 que asistiriamos, se confirmó y se no habia ninguna duda, cual es nuestra sorpresa cuando aparecemos a las 10 en el bar despues de recorrer unos cuantos km solo para ir allí y parece medio cerrado, tocamos a la puerta y al rato aparece el dueño, le decimos que somos los de la reserva y nos dice que ya ha cerrado, que es verdad que teniamos reserva pero que ya ha cerrado. Asi que nos quedamos los 15 tirados sin nuestra cena de navidad, menos mal que siempre hay otros lugares dispuestos a atender correctamente al publico. En resumen, no se lo deseo ni a mis enemigos.

La típica cena de Navidad con amigos, una reserva desde hace varias semanas, y llegó el gran día. Al llegar al local está todo muy apagado, la puerta cerrada, tras llamar de forma insistente, aparece el camarero o dueño, no se, y nos comunica que el local está cerrado, le decimos que teníamos reservado este día a esta hora, de mala gana nos dice que la reserva para 15 personas era una hora antes, tras confirmarle que no, que estábamos a nuestra hora, nos dice que la camarera ya se ha ido. Nos invita de mala gana a entrar, pero al ver su actitud abandonamos el lugar con la suerte de encontrar otro que tenía sitio para tantos.
Ha conseguido que un club de montaña entero no vuelva a pisar su local.