Un rincón con mucho encanto. Me gusto desde que llegué al hostal. Una vez que abres las puertas de la terraza y te encuentras con la piscina y el paisaje te quedas prendado del lugar. Un lugar muy tranquilo y acogedor. La hospitalidad y el trato fueron perfectos, incluso después del check out, guardándonos las maletas sin cobrarnos nada y dejándonos utilizar la piscina y la ducha que hay en ella. Es cierto que no hay aire acondicionado, pero nosotros estuvimos en julio y no nos hizo ninguna falta. ¡¡Lo recomiendo totalmente!!
- Wifi gratuito
- Aparcamiento gratuito