La primera sensación que tienes al llegar es la de estar en una casa familiar a la que hace mucho que no ibas, pero que siempre ha estado ahí. Situada en el corazón del Monte del Cedro, es el sitio perfecto para hacer senderismo. Los detalles de la casa están cuidados con mimo y generosidad. Hay DVDs, juegos y libros informativos sobre la isla, que puedes disfrutar al abrigo de la chimenea del salón. Al ir en invierno, nos tocaron varios días de niebla. Hay que tener en cuenta que la población más cercana es el caserío del Cedro. Aunque está distante de los núcleos urbanos principales de la isla, es precisamente esta cualidad lo que convierte este lugar en único. Es recomendable aprovisionarse antes de ir a la casa, por ejemplo, en algún supermercado de la capital, San Sebastián. Es el sitio adecuado para vaciar la cabeza de rutinas y llenarlo de aire fresco y perderte en la libertad del monte gomero.