Es un hotel tranquilo, pequeño, céntrico y muy actual. No es el típico hotel frío de las grandes cadenas hoteleras... Sus dueños son realmente amables, atentos, simpáticos, cuidan cada detalle para que el cliente se sienta a gusto y cómodo en su estancia. De verdad, son un cielo!! El spa es pequeño pero cumple con las expectativas, es pequeño y acogedor. Traeros el gorro de piscina!!! tambien lo venden ellos.... La habitación es pequeña pero cumple su función, la cama es comodísima, hay muchos cojines que hacen muy agradable la estancia... Está todo limpio y en perfecto estado. Los desayunos son muy completos: te sirven huevos recien hechos al momento, zumo de naranja recién exprimido, hay pastas y galletas hechas por la misma dueña, etc. El único inconveniente que veo a este pequeño gran hotel es que el WIFI falla un poco. Hay zonas del hotel que no hay ni cobertura, pero bueno, ideal para total desconexión. El hotel no ofrece servicio de cenas, pero hay tantos restaurantes en este pequeño pueblo, y ellos tienen todas las cartas de estos restaurantes preparadas para que puedas mirártelo... que no es problema realmente. Volveremos seguro!!! Muchas gracias por vuestra amabilidad, nos hemos sentido como en casa!!