Acabo de venir de vacaciones y decidimos acercarnos a este restaurante después de leer que lo recomendaban especialmente en un foro.
Y la verdad, sin duda merece la pena. El pescado es tan fresco que iban a buscarlo a la propia cofradía que está pared con pared con el restaurante. No creo que haya pescado que haga menos trayecto desde el muelle (a menos de 25 metros) hasta tu plato.
Elige pescado de temporada o pescado recién traído, si no sabes, te sugerirá el camarero amablemente. Todos los platos de pescado están acompañados de papas con mojo y una ensalada de tomates muy sabrosos.
Te recomiendo los salpicones (de pulpo y de atún), estaban también muy buenos y tenían buena cantidad, sin escatimar con el atún o el pulpo. Los postres no merecen mucho la pena por el precio.
No era caro, sobre 13 y 16 euros cada plato de pescado completo (dependiendo del pescado). Fuimos dos días y probamos diferentes. Os recomiendo especialmente la fula, muy sabrosa. El pescado te lo pueden preparar a la plancha o frito.
Te atienden con la típica tranquilidad canaria, o sea, no vayas con prisas. Uno de los días nos acercamos a la barra a pedir la cuenta.
Lo mejor sin duda, el sitio. Una terraza amplia con techo, el agua a unas decenas de metros, a la sombra con una brisa marina maravillosa, en fin, se estaba en la gloria.
Volvería sin duda si volveria a la isla.