Se trata de un hotel sencillo, no obstante, la habitación dispone de todo lo necesario para una estancia agradable, en nuestro caso hasta una terracita con vistas al mar. Un poco chocante la ducha, pero funcionó bien.
El personal, tanto del hotel como del restaurante muy amable y profesional.
La playa frente al hotel, con el chiringuito y las hamacas todo un lujo.
El restaurante fantástico, comida elaborada con producto de calidad y muy bien presentada, mención especial a la pasta con marisco y al risotto con marisco.
Y como no, mención especial también a Mariglen, que hasta nos ha hablado en Español.
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