Es un paraje natural diferente a los demás por su origen volcánico. En verano es precioso, donde todos los prados están verdes y los paisajes respiran vida. La temperatura es muy buena, no hace calor agobiante.
Hay varias rutas de diferente dificultad, con lo que es ideal para todo tipo de excursionistas.
Y la extensión del parque es enorme, pero la señalización es muy buena y la oferta gastronómica también. Muy recomendables las patates d'olot farcides, absolutamente espectaculares.