Sí, lo has leído bien: Papakolea es una playa única de arena verde (una de las cuatro que hay en todo el mundo). Formada por una erupción volcánica hace 50 000 años, los exclusivos cristales de olivino mezclados con lava negra y arena blanca dan a este lugar especial un resplandor verde. Acceder a la playa es un desafío, una caminata de 4 kilómetros por terrenos inclinados, pero vale la pena el esfuerzo. Nota: Las aguas pueden ser turbulentas, así que limítate a vadear y tomar el sol.

Conocida como la "montaña blanca", este pico de casi 4300 metros ofrece una perspectiva completamente diferente de la isla (¡incluso hay nieve!). Aunque se puede alquilar un 4x4 y conducirlo hasta allí, prefiero dejar que conduzca Hawaii Forest & Trail. Los tours de esta empresa incluyen excursiones de un día, pero prefiero las nocturnas con vistas al atardecer entre los picos nevados y observación de las estrellas a través de un telescopio digital Stellina, todo ello acompañado de un experto guía local que te cuenta la historia de Hawái y comparte datos curiosos sobre el bosque seco en peligro de extinción de Mauna Kea.

No es la primera vez que veo mantarrayas salvajes, pero ¿nadar junto a enormes mantarrayas de arrecife por la noche mientras se alimentan elegantemente de plancton? Es una experiencia realmente fascinante. Te aseguro que vestirte con traje de neopreno y nadar en la oscuridad en la bahía de Keauhou con peces de 5 metros de envergadura es un recuerdo de vacaciones que no olvidarás jamás.

Podría pasar días explorando el Parque Nacional de los Volcanes de Hawái. Hogar de dos volcanes activos, Kilauea y Mauna Loa, el parque también tiene 240 kilómetros de senderos que atraviesan diversos paisajes, como selvas tropicales, flujos de lava activos, cráteres volcánicos, respiraderos de vapor e incluso por un tubo formado por un flujo de lava de 2000 grados. No te vayas sin visitar la caldera de Kīlauea: Aunque no hay un flujo de lava activo, el profundo cráter es una visita obligada.

Hay más cascadas en esta isla de las que se pueden ver en una visita, pero si tuviera que elegir solo una, serían las cataratas de Kulaniapia. Situadas dentro de los terrenos privados del hostal de las cataratas de Kulaniapia, los visitantes pueden acceder a la cascada de 36,5 metros de altura con un pase de un día que permite nadar, pasear por de la exuberante propiedad y disfrutar de las vistas de otras tres cataratas más pequeñas. El pase también ofrece descuentos para otras experiencias como hacer rápel por cascadas y tours de granjas.