Hay ciudades y ciudades, y luego está Bangkok. Los templos como el de Wat Pho están todo el día repletos de devotos. Los puestos de comida no paran en toda la tarde. El calor es constante. Y la vida nocturna, desde el ajetreado Patpong hasta los elegantes bares en las azoteas, no deja nada que desear. Pero es no es todo. Mercadillos nocturnos, megacentros comerciales y el enorme mercado de fin de semana de Chatuchak hacen que Bangkok sea un paraíso para los compradores (y los coleccionistas de souvenirs). Prepárate: Bangkok es intenso. Pero para los viajeros que anhelan encontrar secretos locales y una energía constante, no hay nada como este sitio.