La dueña Encarna encantadora, nos recibió ella, nos consiguió aparcamiento, que no esta sencillo aparcar. Y nos presento la casa muy bien.
La casa esta encima del paseo marítimo, con la terraza para comer/cenar con la brisa. Debajo tiene una inmobiliaria y no tiene ruidos. Las habitaciones dan al otro lado del paseo marítimo, a n hotel que esta cerrado, y no se oyen los ruidos por la noche.
La casa es amplia, tiene sus años, pero esta cuidada y con todo lo que se necesita, por echar algo en falta el lavavajillas.
En resumen, Encarna muy encantadora, nos regalo unos dulces de miel que a mi hijo le encantaron, y la casa con una situación extraordinaria, encima de la playa y cerca de todo.