Alquilamos las dos villas (Roncovisi y dell´Angelo) para una semana para un grupo de 14 personas (aunque nos hubiéramos arreglado con una sola, pero preferimos así por comodidad). Nuestro plan era estar todos juntos pero no en un hotel, y en un sitio desde el que pudiéramos hacer distintas excursiones por La Toscana. La elección fue perfecta. Las casas son impresionantes, por su antigüedad, por lo bien decoradas, por los detalles, por las antigüedades que tiene, por su mobiliario, por lo grandes que son las habitaciones y las estancias, por los jardines y las piscinas, por la paz que se respiraba, por la atención de los dueños... Fueron las vacaciones perfectas. El día que llegamos, tras una mañana de aviones y aeropuertos, los dueños (Alessandro y Ana) nos esperaban para enseñarnos las casas, el funcionamiento de todo, darnos información de la zona... y con una merienda de productos italianos perfecta para reponer fuerzas. Aprovechamos toda la semana para hacer distintas excursiones, porque el lugar está a medio camino entre Florencia y Pisa. Y aunque las villas están alejadas del pueblo, la distancia no es mucha y al final resultó ser un lugar ideal para movernos por la zona. En la colina de enfrente está Monsummano Alto, donde hay un restaurante con una situación espectacular, a donde fuimos a cenar una de las noches, por recomendación de Alessandro, el dueño de las villas, y pudimos disfrutar desde allí de una puesta de sol impresionante, además de una excelente gastronomía.
Hicimos compra en el pueblo para tener cosas en la casa para preparar desayunos y cenas. Las cocinas (en villa Roncovisi hay dos), contaban con todas los elementos necesarios, incluyendo cafeteras de filtro e italianas, microondas, batidoras, hervidor de agua, lavavajillas.... No faltaba nada, lo que contribuyó a mejorar la experiencia. Las casas también cuentan con lavandería (lavadora y secadora), plancha, secadores de pelo.... Los baños, con bañeras y/o duchas de hidromasaje... Como en un hotel de lujo, pero en una hermosa villa en el campo. Con todas las ventajas de un lugar maravilloso en plena naturaleza, pero con todas las comodidades de la "vida moderna".
El último día disfrutamos de un menú toscano en el jardín de Villa Roncovisi, bajo una pérgola cubierta de glicinias, confeccionado en la villa por un chef que contratamos por medio de los dueños de las villas. El aperitivo junto a la piscina y la comida bajo la pérgola... El punto final ideal para unas vacaciones inolvidables.
Recomiendo vivamente cualquiera de estas villas.