Nuestra semana en la Casa-cueva Villa Alta fue estupenda. La casa es muy cómoda y, salvo algún detalle que echamos en falta como un tostador (la sandwichera para hacer tostadas resultaba un poco incómoda), había de todo: detergente para la vajilla, gel de baño, champú, vajilla y menaje abundante, secador de pelo, trapos y bayetas de cocina. Además es muy bonita y está decorada muy acogedoramente. También nos dejaron detalles como trufas y vino, que son muy de agradecer. Tanto Esperanza, la dueña, como Lucía su prima, que nos recibió y nos despidió, estuvieron muy pendientes en todo momento, muy acogedoras y preocupadas porque todo estuviera bien y no nos faltase de nada. Además, Esperanza nos recomendó sitios a donde ir por los alrededores. También hay en la casa, juegos de mesa, folletos y mapas turísticos, libros en varios idiomas y hasta DVD de películas. Francamente confortable y agradable. Muy recomendable. Eso sí, te tiene que gustar estar apartado del mundanal ruido, porque el paraje es precioso, pero necesitas hacer un buen tramo de carretera de montaña para ir a casi cualquier sitio. Se respira una paz y tranquilidad enormes en medio de la naturaleza.