Ha pasado ya un mes desde que me fui de allí y aún siento que no me he ido del todo... Todos los días desde entonces cierro un rato los ojos y me teletransporto para jugar y acariciar a los majestuosos perros, me doy un baño largo en la piscina natural mirando al bosque, observo la elegancia de los caballos en libertad, me río con las travesuras de los gatos, contemplo el cielo limpio en la noche plagada de estrellas en silencio o disfruto de una larga conversación imaginaria con Teresa o Juanjo (o Piti!)... Si pudiera no diría nada para que nadie rompa nunca la magia de ese lugar, pero no sería justo....y lo cierto es que es uno de los paraísos más maravillosos que he conocido en mi vida... El trato, el respeto, la paz, la casita idílica.... la energía! No tengo duda alguna de que volveré pronto... Un abrazo enorme de esos que duran mucho tiempo de Laura, Bruno, Fix ... Y Victoria