Somos una pareja joven oriunda de Rancagua, que decide recorrer Chiloe el presente año. Nos propusimos no alojar por más de un día en cada cabaña que visitamos, con la finalidad de avanzar en nuestro recorrido. Sin embargo, luego 5 días en Chiloe, por ende, cinco cabañas distintas, encontramos este espacio. Al presentarnos en el lugar, no lo dudamos ni un segundo y decidimos romper nuestro trato, para quedarnos a descansar unos días en dicho recinto. ¿Por qué? Simplemente por las maravillas que nos ofrecía: Dueñ@s tremendamente acogedores, Pamela, Hernán e hijos, quienes se mostraron en todo minuto atent@s a nuestras necesidades y solicitudes, con una amabilidad destacable; una cabaña de sueños, equipada completamente, con detalles decorativos que no hacían más deleitar nuestra vista con su belleza; un entorno hermoso, lleno de calma, con bastos paisajes, alejado de todo ruido propio de las ciudades, lo cual invita a soñar, disfrutar y valorar las maravillas que nos regala la madre tierra.
En fin, hasta el día de hoy recordamos esta experiencia con mucho cariño, llenos de anhelo por volver a reencontrarnos con este hermoso espacio y la gente maravillosa que radica en el.
¡¡Un abrazo afectuoso!!