La casa es estupenda. Tiene todas las comodidades y detalles que uno puede esperar. Es grande, luminosa, limpia, con aire acondicionado y toda clase de utensilios de cocina y de menaje. El único pero, los problemas con la luz. Saltaban los plomos si se utilizaban varios aparatos eléctricos a la vez.
Los anfitriones gente encantadora y con muchas ganas de agradar y hacernos la estancia inolvidable. Como inolvidables sus detalles culinarios mañaneros (galletitas de chocolate, magdalenas, bizcocho, vino de bienvenida...) además de sus productos de la huerta que tan generosamente compartieron con nosotros.Para repetir.
Está muy bien ubicada si se quiere recorrer la zona del Véneto.