Es la tercera vez que nos alojamos en este apartamento en un año, y vivimos a más de 800 km. Solo entrar, sabes que vas a estar en el paraíso, porque los dueños son lo mejor del mundo.
Limpieza impecable, con un delicioso aroma en la ropa de cama y toallas. En la cocina no echas en falta absolutamente nada, y siempre con un estropajo y valleta a estrenar.
Hay una terraza, que te permite ver y oír el mar, si os gusta madrugar veis amanecer, tiene unas tumbonas y mesas para comer.
El baño es amplio, con una buena ducha, y la habitación es cómoda, con un buen armario una terraza y de allí, sale otra terraza.
Pero lo mejor desde luego son los propietarios, he viajado mucho, me he alojado en hoteles, casas rurales, apartamentos, pensiones, pero nunca nunca he encontrado personas tan buenas y serviciales.
En la nevera, solo llegar de dejan sorpresas, unas cervezas, una sandia, tomates.
En la casa se respira un muy buen humor, que pasar el rato con ellos merece más que el arrecife de las sirenas.
Y no hay día que no te traigan algo, ¿os apetece un mojito? Mira, tengo arroz, ¿queréis probarlo? Y así todos los días