Muy satisfecha con la estancia. Su estilo rústico lograba crear un ambiente muy relajado.
Eramos 12 personas y ocupamos las dos casas contiguas. Me pareció que estaban bien conectadas ambas, ya que desde el interior de la casa se podía acceder.
Cuenta con dos cocinas, tres chimeneas, dos barbacoas y tres baños. En el exterior hay una piscina (tapada en invierno) y un establo reformado dónde celebramos la fiesta.
Las habitaciones contaban con radiadores y la cocina disponía de todos los utensilios necesarios. En el baño había un secador. El wifi bastante bueno.
No me gustaron las almohadas, me parecieron duras. También me pareció algo incómoda la disposición de la alcachofa en la ducha (muy baja para mi altura) y de la viga de la cocina (tenía que fregar agachada). Lo mismo sucedía con los marcos de las puerta. Sería clave que hubiera calefacción en los baños.
El dueño fue muy agradable. Nos dió leña, cervezas, naranjas, bombones y no tuvimos ningún...
