La antriona se comportó con nosotros con absoluta falta de hospitalidad. María Esther V., creemos que no debería dedicarse al alojamiento de personas. Si comportamiento fue en todo momento receloso y desconfiado.
Sufrimos una avería durante el trayecto y nos quedamos sin coche a 140 Kms. de Gijón. Nos pusimos en contacto con ella para expresarle nuestro problema y ella nos contestó que le daba igual, que ella tenía una comida a las 14:00 h. y si no llegábamos antes de esa hora no nos atendería hasta que ella pudiese.
Finalmente, llegamos antes de esa hora y su acogida fué absolutamente desagradable. No nos ayudó en nada, no nos informó de nada, ni tan siquiera nos quiso explicar como se abría el sofá cama. Fué muy desagradable.
Por otra parte, dado que nos habíamos quedado sin coche, no teníamos forma de volver a nuestro domicilio; no había ni coches de alquiler, el tren completo y no teníamos transporte de vuelta, le pedimos que nos prolongase 1 día mas el alojamiento (por supuesto pagando) puesto que en la página web figuraba como disponible el día 30 de agosto, para salir el lunes 31 de agosto (ya que en ese día si había plazas en los trenes) y se negó en redondo.
El día de nuestra salida quedamos a una hora determinada y se presentó antes de lo establecido, con una actitud claramente intrusiva y desconfiada.
El día de salida con todo el equipaje que llevábamos (teniendo en cuenta que íbamos en coche, en principio, y volvimos en bus) nos obligó a sacar la basura y se negó en redondo a que abandonáramos la vivienda sin sacar la basura, cuando además ella misma se quedaba en el apartamento haciendo la limpieza.
Esta mujer no tiene un gramo de humanidad.
En cuanto al apartamento, es mucho más pequeño de lo que parece y es un entresuelo que desde la calle se ve el interior, hay que estar con la persiana bajada para que no te vean.
El mobiliario es superjusto, por ejemplo, en el dormitorio principal no hay ni una silla, ni una percha para dejar la ropa.
Parte de la vajilla, sartenes están inutilizables y nos encontramos con vasos sucios con restos de comida.
El apartamento tiene una pésima insonorización, al vecino de al lado se le oía perfectamente todo lo que decía, es decir, se entendía todo y era una persona que hablaba muy alto y por teléfono podía estar 1 hora seguida oyéndole todo sin parar de hablar. Ninguna intimidad.
En fín, pésima y desagradabilísima experiencia.
Sólo se lo recomendaría a mi peor enemigo.
Este apartamento tiene una antiguedad mínima de 6 años.